DESARROLLO PSICOMOTOR DEL LACTANTE DE 0 A 6 MESES

Asociación española de pediatría

DESARROLLO PSICOMOTOR DEL LACTANTE DE 0 A SEIS MESES
 La progresiva adquisición de capacidades en el niño es lo que denominamos desarrollo psicomotor y no es más que la manifestación externa de cómo va madurando su Sistema Nervioso Central. Algunos bebés adquieren ciertas habilidades antes que otros, o bien desarrollan más deprisa una y otra más lentamente. Por eso, este calendario de desarrollo es orientativo y será su pediatra quien valore en las revisiones del niño sano cómo se desarrolla la maduración de su hijo. 
En el recién nacido :sus movimientos están condicionados por los reflejos arcaicos, algunos muy útiles (succión, puntos cardinales) y predomina la posición fetal con flexión de extremidades e hipotonía de cabeza y tronco. Puede lateralizar la cabeza y reptar, y la cabeza se le cae hacia delante. Suele tener las manos cerradas y existe el reflejo de prensión palmar y plantar. Es capaz de fijar la mirada en nuestra cara, y se tranquiliza al oír la voz de su madre y al cogerlo en brazos. 
En el niño de un mes :todavía persisten algunos reflejos y la posición en flexión. Sin embargo, ahora al colocarse boca abajo despega la nariz de la cama, hace movimientos como si quisiera gatear y puede mantener la cabeza erguida durante unos segundos. Además va disminuyendo la tendencia a mantener las manos cerradas y puede llevarse la mano a la boca de forma involuntaria. Visualmente puede seguir un objeto grande que se desplace en un ángulo de 90º. Reacciona a los ruidos fuertes, emite sonidos guturales y vocálicos (a, e), disfruta del baño, sonríe y puede fijar la mirada en la cara. 
El niño de dos meses: inicia de forma vacilante la sujeción de la cabeza. Sus manos están frecuentemente abiertas. Se fija en objetos y en las personas de su entorno. Sigue el movimiento de objetos grandes y de personas hasta 180º. Emite conjuntos de vocales “aaa”, “eee”, “uuu”... Está más tiempo despierto y aparece la primera sonrisa intencional ante la madre, o ante caras conocidas. 
El niño de tres meses: levanta la cabeza con más facilidad y durante más tiempo cuando está tumbado. Se apoya en los antebrazos cuando está acostado boca abajo. Tiene mucho interés por las manos que mira y se lleva a la boca y si le colocamos un objeto las abre y cierra. Mira a la cara de su madre y a sus manos siguiendo los objetos con la mirada. Responde a las sonrisas, sonriendo. 
El niño de cuatro meses: ya es capaz de levantar la cabeza y el tórax de la mesa. Tiene la cabeza firme e inclinada hacia delante cuando está sentado. Intenta hacer giros y coger objetos que se lleva a la boca. La vista se ha desarrollado de modo que puede ver las cosas en colores y puede enfocar los ojos a diferentes distancias. Vuelve la cabeza para mirar a quien lo llama. Va mejorando la cantidad, calidad y entonación de las consonantes, ya emite gritos de alegría o malhumor y comienza a usar consonantes y emite sonidos soplantes (como v) y labiales (m, b). Se muestra alegre incluso ante extraños, conoce a los padres y les dedica sonrisas. Sigue mirándose las manos que cruza, toca y golpea... Disfruta el ambiente que le rodea; sonríe y habla con él mismo. 
El niño de cinco meses: boca abajo es capaz de levantar la cabeza y gran parte del tronco apoyándose en los antebrazos o en las palmas de las manos. Si lo sostenemos de pie mantiene una gran parte de su peso. Aparece la prensión voluntaria cogiendo con las dos manos objetos cercanos que se lleva a la boca. Mira atentamente la boca y escucha los diferentes sonidos, principalmente la voz humana. Necesita estar cerca de los padres para sentirse seguro. 
El niño de seis meses: levanta del suelo hasta parte del abdomen, apoyándose en sus manos. Comienza a cogerse los pies y sentado se puede mantener con mínimo apoyo. Mejora la prensión voluntaria y palpa superficies con la mano. Comienza a manifestar un comportamiento diferente con extraños. Reconoce los diferentes tonos y volúmenes de la voz humana. Le gusta el sonido de su voz y emite series de sílabas claramente diferenciadas, con intensidad y tono variables.


Fuente : Asociación española de pediatría
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